La guitarra fue mi aliada en esos momentos |
aquí les dejo otro cuento,espero les guste :) los cuentos que he escrito en parte surgieron desde aquella ruptura. gracias a ello han salido muchas cosas buenas.
espero les guste lo que escribo,compartan y dejen su comentario ;)
gracias por leerme.
-Alyzma Belmont
Lágrimas y melodías
Me llamo Daniel
Espinoza y tengo 53 años, hace algunos años pase la época más dolorosa de mi
vida, viví muy duros momentos y así es como he tratado de salir adelante y de
calmar el dolor.
He decidido dejar
esta carta porque quiero que lleguen a manos de quienes han pasado por algo
similar, no espero que me entiendan o que me vean como el “pobresito” solo
quiero dejar en claro que se puede salir adelante de toda adversidad, bueno
empezaré a contar mi historia, solo espero no aburrirlos y pueden dejar de leer
cuando a ustedes les parezca mejor. Creo que me estoy extendiendo mucho. Aquí
les va mi pequeña historia.
Cuando tenía 43 años
perdí al ser que más amaba, a la mujer que me devolvió la vida con el brillar
de su sonrisa, a quien yo admiraba tanto, la perdí en un accidente de tránsito,
iba de camino a su trabajo cuando por detrás le impactó un camión de carga,
murió al instante.
En ese momento me
sentí devastado, sentía un gran vacío en mí, como si hubiera muerto en vida, no
tenía ganas de nada, ni siquiera de ir a trabajar.
Cuando era joven
estuve en un grupo llamado “the sweets boys”, tocábamos música de los 60s e
incluso en un baile ahí conocí a mi esposa.
Yo ya me había
retirado de la música pero en ese momento sentí una gran necesidad de agarrar
la guitarra y tocar algunas melodías, no me consideraba compositor, algunas
veces llegamos a componer en la banda pero nunca llegamos a nada y se quedaron
ahí en el olvido aquellas letras y melodías que un día hicimos.
Desde que mi esposa murió
en la sala tengo una mesita con fotos de ella y ahí en un rincón tenía la
guitarra, me senté en la mecedora, afiné y empecé a rasguear, miraba fijamente
la fotografía donde ella posaba con una sonrisa como la media luna, con esos
ojos llenos de bondad y amor, transmite el amor y lo que ella era en esa foto.
Empecé a tocar un
círculo con los acordes SOL, RE Y MI. Cuando de mi boca salieron las palabras
dulces, esas palabras que no pude decirle al momento de que dejara de existir.
Con una simple melodía,
salió esta pequeña canción para ella
Besa mi alma con tu
sonrisa, apaga el dolor que dejaste dentro, me quedaré esperando a que regreses
y me lleves junto a ti
Besa cada parte de mi
cuerpo, dejando tu lápiz labial sobre mí
Besa cada tormento
que tengo en mi, llévatelo y deja la dulzura que habita en ti.
Deja sobre mi
habitación tu perfume, para recordar cómo me gusta olerte antes de dormir.
Besa mi almohada,
deja que se consuman los besos que no nos pudimos dar, besa el viento y déjale
un te amo.
Cuando los rayos del
sol tocan mi ventana, me dispongo a cantarle, para decirle que aquí estoy
amándola como cuando estaba en vida. Durante los 27 años que duramos juntos, no
había momento que no le hiciera un detalle y decirle cuánto la amaba, por eso
me pesa en lo haber podido el estar con ella en el momento que su corazón
dejó de latir.
Cada tarde le
escribía canciones y poemas, para que dejara de doler. Era mi terapia para
calmar el dolor, me sentía tranquilo y sabía que con cada canción o poema, ella
estaría orgullosa y estaría contenta y agradecida con mis detalles.
No puedo escribirles
todo lo que yo le hacía, porque no terminaría nunca, hace 2 semanas empecé
hacerlo todos los días por las tardes, cuando el sol acaricia las hojas de los
árboles, cuando las aves entonan su canción.
Esta es un poco de mi
historia espero no haberte aburrido con ella, quiero hacerte saber que toda
pérdida es dolorosa pero hay que encontrar un arte para sacar ese dolor que uno
lleva dentro, es algo muy difícil pero es mejor sacarlo así, a andar vagando
por las calles con aliento alcohólico. Espero mi historia sirva para inspirar a
más personas.
Con cariño
de Daniel Espinoza
de Daniel Espinoza
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